Deseaba salir urgentemente de ese estado que me bloqueaba, donde me saboteaba a mi misma y cuestionaba cualquier impulso espontáneo, sintiéndome “menos” todo el tiempo, porque no me permitía otra cosa. Entonces, si bien los libros, los viajes y los retiros me aportaron mucho, necesitaba un cambio más radical.

Este camino que comencé, impulsado por mi curiosidad por el desarrollo personal, se convirtió en lo más central de mi vida cuando la ansiedad se apoderó de mí, porque ya no era desde mi esencia de busquilla que seguía indagando, sino desde el deseo imperioso de vivir más plenamente, sin tanto ruido mental, deseaba dejar de vivir en piloto automático y liberarme de esos miedos que mantenían mi cuerpo y energía vital atada, impidiéndome avanzar con libertad.

Probé varias terapias, herramientas, leí infinidad de libros. Hasta que mi búsqueda y las distintas experiencias que tuve dentro y fuera de la universidad (mientras estudiaba Psicología) me fueron transformando y guiando hacia maravillosas visiones, herramientas y aprendizajes claves que me han llevado, día a día, año a año de regreso a mi misma.

Las heridas de infancia no resueltas pueden llevarnos a protegernos “en exceso” reprimiendo nuestras emociones en la vida adulta, por temor a exponernos a la vulnerabilidad que eso implica.

Si seguimos en esa rueda sin tomar consciencia, el autocontrol, la presión por el “deber ser” y el estrés comienzan a dominar la vida, dejándonos llevar por las expectativas sociales que se imponen como un peso sobre nosotros, domesticando y controlando nuestro cuerpo y deseos más íntimos, desconectándonos progresiva y silenciosamente de nosotras mismas (y también de los demás).

Esto genera un “velo de olvido” en nuestra consciencia llevándonos a la confusión y duda, desconectándonos de nuestras necesidades y deseos genuinos, sin saber claramente quiénes somos y a dónde vamos.

Al otro lado del velo se encuentra nuestro potencial, propósito, nuestra fuerza, poder y sabiduría para guiar y construir una vida más plena.

Actualmente, acompaño a adultos a conectar con su cuerpo haciendo consciente las partes de nuestra psiquis que se fragmentaron, integrándolas para sanar y avanzar, permitiéndose disfrutar cada vez más, aprendiendo a construir una vida coherente con lo que realmente quieren.

Lo hago a través de mi programa o sesiones individuales, y en ambos casos trabajo desde la psicología basándome en la neurobiología del trauma basada en evidencia, teoría del apego, el enfoque sistémico-relacional, integrando hermosas herramientas de la Gestalt, de la psicología transpersonal, meditaciones y prácticas terapéuticas holísticas para trabajar con la totalidad del Ser.

En las sesiones individuales trabajo de forma más extendida con Emdr y regresiones